Nuestras fincas están ubicadas en las regiones de Corquín, Cucuyagua, San Pedro Copán y Cololaca, Lempira. Cultivamos diversas variedades de café, como Noventa, Lempira, Paca, Obata, Catuai, Parainema, Caturra y Catimor, en altitudes de entre 1100 y 1500 metros sobre el nivel del mar. Este rango de altitud, junto con las características únicas del suelo y el clima, nos permite producir granos con una calidad excepcional, reconocidos por sus sabores complejos y distintivos, reflejo del cuidado y la dedicación en cada etapa del proceso.
Nuestra dedicación no solo está en producir café de alta calidad, sino también en preservar el entorno natural en el que se cultiva. Con una biodiversidad rica en flora y fauna, nuestras fincas mantienen un equilibrio ecológico que beneficia tanto la tierra como el café que en ella crece. La combinación de un enfoque tradicional y la implementación de prácticas respetuosas con el medio ambiente, garantiza que nuestros procesos sean sostenibles y generen el menor impacto posible en el ecosistema.
Cada finca tiene su propio microclima, lo que nos permite experimentar con diferentes técnicas de cultivo y procesamiento para resaltar lo mejor de cada variedad de café. Nos enfocamos en prácticas tradicionales combinadas con métodos innovadores, asegurando que cada cosecha mantenga los más altos estándares de calidad.
En las fincas de CIHCAFE contamos con una diversidad de árboles que forman parte fundamental del ecosistema local. Entre las especies que más predominan están el ciprés, nogal, liquidámbar, cedro chino, pepetos, zapollolo, guacocoy, gravillea, robles y pino.
Estos árboles contribuyen a conservar el suelo, proteger el agua y brindar sombra y refugio a la fauna que habita nuestras fincas. Su manejo responsable es clave para mantener el equilibrio ambiental y promover un desarrollo sostenible en la región.
Las fincas de CIHCAFE son un refugio para una gran variedad de animales que forman parte fundamental del equilibrio del ecosistema. Entre los mamíferos que habitan estas tierras se encuentran ardillas, murciélagos, guatuzas y tacuzines, especies que forman parte importante de la fauna local y contribuyen a la biodiversidad del área. En particular, los murciélagos cumplen un papel clave en el control natural de insectos.
Además, nuestras fincas son hogar de diversos anfibios, insectos, reptiles, gusanos y arañas, así como de mariposas que aportan color y vida a nuestro entorno.
La diversidad de aves es especialmente notable, con especies como orioles, chequeques, tijules, pájaros bobos, oropéndolas, chachas, colibríes y palomitas encineras que contribuyen a la salud del ecosistema y enriquecen el paisaje con sus cantos y colores.
Preservar esta riqueza natural es parte esencial de nuestro compromiso con un café sostenible, donde la convivencia armoniosa entre cultivo y naturaleza garantiza la calidad y el bienestar de nuestras comunidades.
En nuestras fincas cultivamos una gran variedad de árboles frutales que aportan vida y diversidad al lugar. Entre ellos se encuentran cítricos como mandarinas, limones y naranjas, así como mora, paterna, guanábana, maracuyá, plátano, malanga, papaya, pacaya, cacao, nances y otros más.
Estos árboles no solo producen frutas frescas y naturales que forman parte de la alimentación local, sino que también contribuyen a mantener la salud del suelo y a crear un ambiente favorable para la fauna y la flora que conviven en la finca. Así, los frutales son parte importante del equilibrio y la sostenibilidad en nuestro trabajo diario.